¿Cómo hacer para cambiar la mala conducta de los niños?
La conducta normal en los niños depende de la edad, la personalidad, el desarrollo físico y emocional del niño. La conducta de un niño puede ser un problema si no coincide con las expectativas de la familia o si esta es problemática. Por lo general, se determina si la conducta es normal o “buena” basándose en que sea social y culturalmente adecuada, además de que sea apropiada en términos de desarrollo. El saber qué puede esperar de su hijo en todas las edades le ayudará a decidir si su conducta es normal.
Los niños tienden a repetir una conducta cuando esta es recompensada y abandonan una conducta cuando se les ignora. Ser consistente en la forma de reaccionar ante una conducta es importante ya que si se recompensa y se castiga la misma conducta en diferentes ocasiones, esto confunde a su hijo. Cuando crea que la conducta de su hijo podría ser problemática, usted tiene 3 opciones:
- Decidir que la conducta no es un problema porque es adecuada para la edad y estado de desarrollo de su hijo.
- Intentar detener la conducta, ya sea al ignorarla o castigarla.
- Mostrarle una nueva conducta que usted prefiera y reforzarla al recompensar a su hijo.
Una forma de estimular una buena conducta es utilizar un sistema de recompensas. Los niños que aprenden que no se tolera una mala conducta y que una buena conducta recibe su recompensa, están aprendiendo habilidades que les servirán para toda la vida. Esto funciona mejor con niños mayores de 2 años. Puede tomar hasta un lapso de 2 meses para que funcione. Ser paciente y llevar un diario de la conducta puede ser útil para los padres.
Elija 1 o 2 conductas que le gustaría cambiar (por ejemplo, hábitos a la hora de dormir, cepillarse los dientes o que recoja sus juguetes). Elija una recompensa que su hijo disfrutaría. Entre los ejemplos de buenas recompensas están contarle un cuento adicional a la hora de dormir, retrasar la hora de dormir en media hora, darle su bocadillo preferido o, para los niños mayores, ganar puntos para obtener un juguete especial, un privilegio o una pequeña suma de dinero.
Explique la conducta deseada y la recompensa al niño. Por ejemplo, dígale al niño, “si te pones la pijama y te cepillas los dientes antes que termine este programa de TV, puedes quedarte despierto media hora más”. Solicite que cumpla con la conducta solo una vez. Si el niño hace lo que le pide, dele la recompensa. Puede ayudar al niño, si es necesario, pero no se involucre demasiado. Ya que cualquier atención de los padres, incluso la atención negativa, es muy gratificante para los hijos, ellos pueden preferir recibir atención de los padres en lugar de una recompensa como primera opción. Las indicaciones de transición, tales como “en 5 minutos terminará la hora de jugar”, son útiles cuando está enseñando a su hijo nuevas conductas.
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